Parece ser un hecho que la espiritualidad y la física cuántica tienen poco en común. Hace un par de años leí un libro al respecto y era verdaderamente malo (no recuerdo ni el título siquiera, pero sí el mensaje).
Cuando me marché a Alemania a vivir un tiempo, uno de los vocablos que más me maravillaron fue el de “Fachidiot”. Lo utilizaban a menudo. Es fácil de entender: “Fach” significa algo así como tema, especialidad o campo e “Idiot” no necesita aclaración.
“Fachidiot” era un experto dentro de su tema (en el mejor de los casos), y un inútil, un inculto para la vida o sea para todo lo demás. Ejemplo: uno conocía en su totalidad el nombre de todos los huesos del cuerpo humano, otro podía realizar el análisis armónico de un Preludio y Fuga de “El clave bien temperado” de J. S. Bach, pero ambos se encontraban con enormes dificultades para limpiar la casa, comprar unos calcetines, hacer una tortilla a la francesa o mantener unas relaciones interpersonales medianamente buenas. Los ejemplos son simples pero conocidos por todos.
Soy consciente de que hay infinidad de sectores que nos son vedados a millones de personas. Soy consciente de que existen campos enormemente complejos, también para los mismos expertos. Sin embargo, desde el Trívium y el Quadrivium, no podemos prescindir de las interferencias entre los campos. En realidad, no pudimos nunca. La alquimia medieval, la astrología y la magia eran las tres artes ocultas, fundamento hoy de la química y de nuestra ciencia actual. Si su primer objetivo fue la transmutación real o simbólica de los metales en oro, la intención final era la búsqueda de la salvación del alma. De lo material se pasaba en un soplo a lo espiritual. En un horno de combustión lenta con un crisol y un globo se pretendía materializar el espíritu. Se buscaba la Piedra Filosofal, el elixir de la vida eterna, de la salud y de la eterna juventud. La Alquimia se bifurcaba para dar culto a Dios: Obra al blanco (Albedo), Obra al Rubro (Rubedo), como culto al diablo: Obra al Negro (Nigredo).
En Ciencia, técnica, arte y filosofía las interacciones son continuas. La interdisciplinaridad no es cosa actual. La música y las matemáticas son partes de un mismo todo.
Para un artista o un filósofo no es difícil encontrar las analogías entre las ventanas de una catedral y los ojos de buey del Nautilus.
Comprendo que para un Computer programmer, un software developer o un físico del siglo XXI sea algo atrevido, sin embargo, abogo (también en los asuntos más triviales de la vida), por una comprensión global (para el que pueda) de infinidad de microcosmos insertados en un gran macrocosmos, en un gran plan.
P.S.: Claro que para operarme a corazón abierto elegiré mejor a un buen cardiólogo, aunque no sepa hacer croquetas.
„Fachidiot“ oder Das Nautilus Fenster (deutsch)
Es scheint eine Tatsache zu sein, dass Spiritualität und Quantenphysik wenig Gemeinsames haben. Vor ein paar Jahren las ich ein Buch darüber (ein richtig schlechtes dazu, an den Titel kann ich mich nicht mehr erinnern).
Während meines mehrjährigen Deutschland-Aufenthalts wunderte ich mich des Öfteren über ein Wort: „Fachidiot“. Die Deutschen benutzten es oft. Es ist leicht zu verstehen: „Fach“ bedeutet so viel wie Thema, Fachgebiet oder Feld und „Idiot“ bedarf keiner Erläuterung.
„Fachidiot“ war ein Experte in seinem Fach (bestenfalls), und nutzlos und unbeholfen in allem anderen.
Beispiel: Einer kennt die Namen sämtlicher Knochen des menschlichen Körpers, ein anderer kann eine Analyse der Harmonien eines Präludiums oder einer Fuge aus „Das wohltemperierte Klavier“ von J. S. Bach durchführen, aber sowohl der eine als auch der andere tut sich schwer sein Haus zu reinigen, ein Paar Socken zu kaufen, ein Omelett in der Pfanne zu drehen oder eine mehr oder weniger gute partnerschaftliche Beziehungen über sein ganzes Leben zu pflegen. Die sind Beispiele, die wir alle kennen.
Es ist mir bewusst, dass es viele Bereiche gibt, aus denen wir und viele Millionen anderen Menschen ausgeschlossen sind. Es ist mir bewusst, dass es sich um sehr komplexe Felder handelt, oft für die Experten selbst. Jedoch seit dem Trivium und Quadrivium, können wir nicht die Interferenzen und Interaktionen zwischen den Feldern außer Acht lassen. Eigentlich konnten wir es nie. Die mittelalterliche Alchemie, Astrologie und Magie waren die drei „okkulten Künste“, Fundament unserer heutigen aktuellen Chemie und Wissenschaft. Wenn Ihr erstes Ziel (real oder symbolisch) die Umwandlung von unedlen Metallen in Gold war, war die ultimative Absicht das Heil der Seele zu suchen. Die Materie wurde auf einen Schlag entmaterialisiert.
In einem Destillierkolben war beabsichtigt langsam die Seele und den Geist zu materialisieren oder zu vergeistigen. Man war auf der Suche nach dem Stein der Weisen, dem Elixier des ewigen Lebens, der Gesundheit und ewigen Jugend. Alchemie, die Chemie, ließ sich einteilen sowohl in Anbetung Gottes: Arbeit zu „Weiß“ (Albedo), Arbeit zu „Rötung“ (Rubedo) und/oder als Teufelsanbetung: Arbeit an „Niger“ (Nigredo).
Wissenschaft, Technologie, Kunst und Philosophie sind kontinuierliche Wechselwirkungen. Interdisziplinarität sollte auch für das Trivialste im Leben kein Fremdwort für uns mehr sein. Musik und Mathematik sind Teile eines Ganzen.
Für einen Künstler oder einen Philosophen ist es nicht schwer Analogien zwischen den Fenstern einer Kathedrale und denen des Nautilus zu entdecken.
Ich verstehe, dass für einen Computer-Programmierer, Software-Entwickler oder einen Physiker des einundzwanzigsten Jahrhunderts die Vorstellung etwas gewagt ist, trotzdem ich befürworte ein globales Verständnis unserer Welt unter Einbeziehung (für diejenigen, die das können) der verschiedensten Mikro-Kosmen in einen Makro-Kosmos, wo das Weltmodell die Welt als Ganzes sei.
P.S. Obwohl, falls ich eine Herzoperation benötige, werde ich besser einen Top-Herzchirurgen aussuchen, auch wenn ich nicht weiß, ob er gute Kroketten machen kann.
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Carmen Moreno (viernes, 22 abril 2016 09:23)
Queridos amigos:
Con esta entrada en este Blog, que no ha sido el primero, quiero tocar la temática de lo importante que es la multiplicidad, la intermedialidad y la pluralidad en el ser humano. Somos, no solo lo que se nos dicta que debemos ser, sino lo que fuimos, lo que debemos, lo que anhelamos, nuestra historia y la de muchas otras personas. Tenemos algo que decir. PERO CUIDADO CON LA UNIFICACIÓN DE INTERNET, REDES SOCIALES Y DEMÁS. Todos tienen mucho interés de clasificaros, de clasificarnos, es más fácil vender...
Espero vuestras ideas.
Carmen Moreno